Editorial

PlayStation y el amarillo.

PlayStation y el amarillo.

PlayStation y el amarillo.

No todo es bueno en la búsqueda de la excelencia.

May 13, 2023

Hace poco más de una semana que RedFall se estrenó con una pésima acogida por parte de la crítica y el público. El título, que prometía ser uno de los buques insignia de Xbox, resultó ser un desastre técnico y artístico, lleno de bugs, fallos de diseño y falta de originalidad, una castaña en toda regla.

Phil Spencer, el máximo responsable de Xbox, no tardó en salir al paso y admitir su responsabilidad en el fiasco, bueno en parte, porque no dudó mucho en echar a los tiburones a Arkane… En una entrevista concedida a IGN, Spencer reconoció que el control de calidad interno de Xbox había fallado estrepitosamente, al dar por buenas unas simulaciones de análisis que otorgaban a RedFall una nota muy superior a la realidad. Además, confesó que habían dejado a sus propios estudios a su suerte, especialmente a los más recientes, como Bethesda o Arkane. Algo incomprensible teniendo en cuenta que los había comprado precisamente para mejorar la calidad de sus juegos.

Pero mientras Xbox se hunde en el fango de RedFall, Sony y PlayStation miran desde la distancia con una mezcla de alivio y preocupación. Por un lado, saben que su principal competidor ha perdido una gran oportunidad de ganar terreno. Por otro lado, son conscientes de que ellos también podrían caer en la misma trampa si no cuidan al máximo sus propios proyectos.

Sony y PlayStation tienen claro que no quieren su propio RedFall. Así lo han manifestado en varias ocasiones Jim Ryan y Hermen Hulst, los máximos responsables de la división de videojuegos de la compañía japonesa. Su objetivo es ofrecer la máxima calidad dentro de su empresa, y para ello no dudan en tomar decisiones drásticas cuando es necesario.

Un ejemplo doloroso pero ilustrativo fue el caso de Days Gone, el juego de Bend Studio que se lanzó en 2019 con una buena recepción comercial pero con unas críticas mediocres. A pesar de contar con una legión de fans que pedían una secuela, Sony decidió cancelar el proyecto por no cumplir con los estándares de calidad que se habían propuesto dentro de la empresa.

Otros ejemplos los han dado personalidades como Yoshida o el propio Cory Barlog, quienes han comentado que hay decenas de juegos que jamás salen a la luz porque no pasan el filtro de calidad que exige Sony. Por encima de todo está la imagen de la empresa, y nadie puede ponerla en peligro con productos mediocres o defectuosos.

Esta filosofía se ha traducido en una serie de noticias que nos han llegado en las últimas semanas sobre Sony, PlayStation y sus estudios y acuerdos: El abandono de Dreams por parte de MediaMolecule para centrarse en su nuevo proyecto (esperemos que no sea el último…), el cierre del pequeño estudio PixelOpus, la cancelación de un juego sin presentar de Final Strike Games o el despido masivo de desarrolladores de Deviation Games. Estos dos últimos tenían sendos acuerdos con Sony e incluso podría deberse al mismo proyecto, pero en realidad no importa mucho. Lo que importa es que Sony está en medio de una revisión completa de todos sus proyectos, no quiere dejar nada al azar, y está claro que los japoneses no hacen prisioneros.

Esperemos que estas sean las últimas noticias negativas que tenemos sobre Sony y PlayStation, y que signifiquen que el resto de proyectos van viento en popa. Quizás , incluso, esta cancelación y cierre de estudios podría acabar con la compra de otro u otros que sí cumplan con las expectativas de Sony. Quién sabe, solo el tiempo lo dirá , pero lo único que está claro y más que claro es que a Sony no le gusta el amarillo.

Un saludo, OnlyTrece.

Hace poco más de una semana que RedFall se estrenó con una pésima acogida por parte de la crítica y el público. El título, que prometía ser uno de los buques insignia de Xbox, resultó ser un desastre técnico y artístico, lleno de bugs, fallos de diseño y falta de originalidad, una castaña en toda regla.

Phil Spencer, el máximo responsable de Xbox, no tardó en salir al paso y admitir su responsabilidad en el fiasco, bueno en parte, porque no dudó mucho en echar a los tiburones a Arkane… En una entrevista concedida a IGN, Spencer reconoció que el control de calidad interno de Xbox había fallado estrepitosamente, al dar por buenas unas simulaciones de análisis que otorgaban a RedFall una nota muy superior a la realidad. Además, confesó que habían dejado a sus propios estudios a su suerte, especialmente a los más recientes, como Bethesda o Arkane. Algo incomprensible teniendo en cuenta que los había comprado precisamente para mejorar la calidad de sus juegos.

Pero mientras Xbox se hunde en el fango de RedFall, Sony y PlayStation miran desde la distancia con una mezcla de alivio y preocupación. Por un lado, saben que su principal competidor ha perdido una gran oportunidad de ganar terreno. Por otro lado, son conscientes de que ellos también podrían caer en la misma trampa si no cuidan al máximo sus propios proyectos.

Sony y PlayStation tienen claro que no quieren su propio RedFall. Así lo han manifestado en varias ocasiones Jim Ryan y Hermen Hulst, los máximos responsables de la división de videojuegos de la compañía japonesa. Su objetivo es ofrecer la máxima calidad dentro de su empresa, y para ello no dudan en tomar decisiones drásticas cuando es necesario.

Un ejemplo doloroso pero ilustrativo fue el caso de Days Gone, el juego de Bend Studio que se lanzó en 2019 con una buena recepción comercial pero con unas críticas mediocres. A pesar de contar con una legión de fans que pedían una secuela, Sony decidió cancelar el proyecto por no cumplir con los estándares de calidad que se habían propuesto dentro de la empresa.

Otros ejemplos los han dado personalidades como Yoshida o el propio Cory Barlog, quienes han comentado que hay decenas de juegos que jamás salen a la luz porque no pasan el filtro de calidad que exige Sony. Por encima de todo está la imagen de la empresa, y nadie puede ponerla en peligro con productos mediocres o defectuosos.

Esta filosofía se ha traducido en una serie de noticias que nos han llegado en las últimas semanas sobre Sony, PlayStation y sus estudios y acuerdos: El abandono de Dreams por parte de MediaMolecule para centrarse en su nuevo proyecto (esperemos que no sea el último…), el cierre del pequeño estudio PixelOpus, la cancelación de un juego sin presentar de Final Strike Games o el despido masivo de desarrolladores de Deviation Games. Estos dos últimos tenían sendos acuerdos con Sony e incluso podría deberse al mismo proyecto, pero en realidad no importa mucho. Lo que importa es que Sony está en medio de una revisión completa de todos sus proyectos, no quiere dejar nada al azar, y está claro que los japoneses no hacen prisioneros.

Esperemos que estas sean las últimas noticias negativas que tenemos sobre Sony y PlayStation, y que signifiquen que el resto de proyectos van viento en popa. Quizás , incluso, esta cancelación y cierre de estudios podría acabar con la compra de otro u otros que sí cumplan con las expectativas de Sony. Quién sabe, solo el tiempo lo dirá , pero lo único que está claro y más que claro es que a Sony no le gusta el amarillo.

Un saludo, OnlyTrece.

Hace poco más de una semana que RedFall se estrenó con una pésima acogida por parte de la crítica y el público. El título, que prometía ser uno de los buques insignia de Xbox, resultó ser un desastre técnico y artístico, lleno de bugs, fallos de diseño y falta de originalidad, una castaña en toda regla.

Phil Spencer, el máximo responsable de Xbox, no tardó en salir al paso y admitir su responsabilidad en el fiasco, bueno en parte, porque no dudó mucho en echar a los tiburones a Arkane… En una entrevista concedida a IGN, Spencer reconoció que el control de calidad interno de Xbox había fallado estrepitosamente, al dar por buenas unas simulaciones de análisis que otorgaban a RedFall una nota muy superior a la realidad. Además, confesó que habían dejado a sus propios estudios a su suerte, especialmente a los más recientes, como Bethesda o Arkane. Algo incomprensible teniendo en cuenta que los había comprado precisamente para mejorar la calidad de sus juegos.

Pero mientras Xbox se hunde en el fango de RedFall, Sony y PlayStation miran desde la distancia con una mezcla de alivio y preocupación. Por un lado, saben que su principal competidor ha perdido una gran oportunidad de ganar terreno. Por otro lado, son conscientes de que ellos también podrían caer en la misma trampa si no cuidan al máximo sus propios proyectos.

Sony y PlayStation tienen claro que no quieren su propio RedFall. Así lo han manifestado en varias ocasiones Jim Ryan y Hermen Hulst, los máximos responsables de la división de videojuegos de la compañía japonesa. Su objetivo es ofrecer la máxima calidad dentro de su empresa, y para ello no dudan en tomar decisiones drásticas cuando es necesario.

Un ejemplo doloroso pero ilustrativo fue el caso de Days Gone, el juego de Bend Studio que se lanzó en 2019 con una buena recepción comercial pero con unas críticas mediocres. A pesar de contar con una legión de fans que pedían una secuela, Sony decidió cancelar el proyecto por no cumplir con los estándares de calidad que se habían propuesto dentro de la empresa.

Otros ejemplos los han dado personalidades como Yoshida o el propio Cory Barlog, quienes han comentado que hay decenas de juegos que jamás salen a la luz porque no pasan el filtro de calidad que exige Sony. Por encima de todo está la imagen de la empresa, y nadie puede ponerla en peligro con productos mediocres o defectuosos.

Esta filosofía se ha traducido en una serie de noticias que nos han llegado en las últimas semanas sobre Sony, PlayStation y sus estudios y acuerdos: El abandono de Dreams por parte de MediaMolecule para centrarse en su nuevo proyecto (esperemos que no sea el último…), el cierre del pequeño estudio PixelOpus, la cancelación de un juego sin presentar de Final Strike Games o el despido masivo de desarrolladores de Deviation Games. Estos dos últimos tenían sendos acuerdos con Sony e incluso podría deberse al mismo proyecto, pero en realidad no importa mucho. Lo que importa es que Sony está en medio de una revisión completa de todos sus proyectos, no quiere dejar nada al azar, y está claro que los japoneses no hacen prisioneros.

Esperemos que estas sean las últimas noticias negativas que tenemos sobre Sony y PlayStation, y que signifiquen que el resto de proyectos van viento en popa. Quizás , incluso, esta cancelación y cierre de estudios podría acabar con la compra de otro u otros que sí cumplan con las expectativas de Sony. Quién sabe, solo el tiempo lo dirá , pero lo único que está claro y más que claro es que a Sony no le gusta el amarillo.

Un saludo, OnlyTrece.

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